Como la casa más antigua que se conserva en Manhattan, la Mansión Morris-Jumel ha sido testigo de gran parte de la rica y diversa historia de la ciudad de Nueva York. Situada en la frontera de Sugar Hill y Washington Heights, el museo y el barrio han sido moldeados por la historia negra.
Explorando la historia de los negros
en Sugar Hill y en los alrededores de la mansión Morris-Jumel- 1 Salón Audubon 3940 Broadway
- 2 Sitio del Ferrocarril Subterráneo 857 Riverside Dr, dirección sur
- 3 Tumba de Ralph Ellison Cementerio y Mausoleo de la Iglesia de la Trinidad, 770 Riverside Dr
- 4 Residencia de Harry Belafonte 501 W. 156th St
- 5 409 Edgecombe 409 Edgecombe Ave
- 6 Parque Jackie Robinson Calle 155 y avenida Edgecombe
- 7 Residencia Duke Ellington Avenida San Nicolás, 935
- 8 Biblioteca de Washington Heights 1000 St. Nicholas Avenue
- 9 Residencia Paul Robeson Avenida Edgecombe 555
- Cuando
- 60-75 minutos
- Donde
- 3,5 kilómetros
Transporte público
Inicio de la visita: paradas de autobús más cercanas: M2, M3, M100 en W 166 St/St. Nicholas Ave; M5 en Broadway/W 167 St; M4 en Ft Washington Ave/W 165 St // Estación de tren más cercana: 1 A C en la calle 168*.
Tour End-Paradas de autobús más cercanas: M2 en Edgecombe Ave/W 160 St; M3, M100, M101 en Amsterdam Ave/W 158 St // Estación de tren más cercana: C en 163 St
Nota: La estación 1 de la calle 168 y la C de la calle 155 no son accesibles para la ADA
Residencia de Harry Belafonte
501 W. 156th St
Al cantante y actor Harry Belafonte, conocido como el "Rey del Calipso", se le atribuye la popularización del estilo musical caribeño en los años 50 y 60.
60s. Belafonte nació en Harlem en 1927 y se trasladó desde Jamaica al 501 W. 156th en la década de 1940. Belafonte ha producido música que abarca varios géneros, como el folk y el blues, y ha protagonizado varias películas. Belafonte cumplió 94 años en 2021 y actualmente reside en el Upper West Side. En 2016 se rechazó una propuesta para nombrar esta calle con el nombre de Belafonte debido a la legislación que establece que los homenajeados deben haber fallecido durante tres años antes de que una calle pueda llevar su nombre.