2 de febrero de 2019 - 28 de abril de 2018

Cera y yeso

Antes de que los artistas emplearan el óleo como medio para aglutinar el pigmento y crear las superficies luminosas de sus pinturas, e incluso antes del uso del temple al huevo, los antiguos romanos desarrollaron las tradiciones de la pintura encáustica y de lo que ahora se denomina yeso veneciano para crear paneles y cubrir las paredes con imágenes pictóricas profundamente saturadas, de vivos colores y seductoras, con una superficie ilusionista endurecida. Estas técnicas alcanzarían popularidad durante varias épocas a lo largo de los siglos siempre que la influencia del antiguo mundo mediterráneo se pusiera de moda, como ocurrió a principios del siglo XIX, en el periodo clásico americano, cuando se produjo gran parte del mobiliario encontrado. Sin embargo, hacia el siglo XX estas técnicas cayeron en una relativa oscuridad hasta su redescubrimiento a finales del milenio.

Mike McMath adaptó estos medios poco utilizados para una serie de obras que comenzó a producir en la primera década de este siglo. Graduado en la Escuela de Arte de la Universidad de Michigan, McMath ha mantenido un profundo interés por las técnicas de pintura ilusionista y los acabados falsos, así como por el dorado, el esgrafiado y otros adornos decorativos. Al igual que James Abbot McNeil Whistler, McMath se preocupa mucho por la tensión superficial que proporciona su obra. Las superficies lisas y brillantes de su pintura veneciana, sugieren, como dijo Whistler, "como si se respirara sobre un cristal", tal es la experiencia con Ghost Ascending, 2018 o Cold Winter, 2018. Hay una cierta distancia en sus composiciones en las que uno mira a través de la niebla detrás de un revestimiento de vidrio para experimentar la imaginería. Al igual que sus antiguos predecesores, su obra pretende sugerir otros medios, superficies imaginadas o la permanencia de la obra grabada en piedra.

Los paneles de esta exposición exploran una serie de superficies a través de la encáustica y el yeso veneciano, creando sensaciones táctiles viscerales. Tanto las superficies ultralisas de las piezas de yeso veneciano como las ricas superficies fundidas de plastilina de las obras de encáustica atraen las sensaciones sugeridas por las superficies, tentando así la imaginación del espectador y recurriendo a sus experiencias pasadas. Las ilusiones que cubren las paredes pretenden transformar al visitante de los confines de sus experiencias terrenales a los de un plano temporal.